14 Formas de Convertirse en un mejor Director Editorial 


Por David Fewster*

1. Contrate lo mejor.  Las personas correctas, en los puestos correctos.
2. Entrénese en el manejo de Empresas.  Si no sabe de Dirección Empresarial, tome un curso o lea libros sobre el tema.  “Management” es un arte, y un buen manejo es esencial para una organización saludable.
3. Escuche a Dios.  Una organización cristiana necesita eficiencia y todo lo demás al igual que una secular, pero necesita algo más que eso.  Pertenece a Dios, por eso los responsables de las decisiones deben buscar la guía de Dios constantemente.
4. Sea Realista.  No aumente el número de copias de un libro antes de imprimirlo (los Directores Editoriales son notablemente optimistas). Utilizar un número preciso, entre otras cosas, previene la depreciación de inventario y bienes.
5. Prepárese para cometer errores.  No se desanime pero trate de aprender de los errores.
6. Mantenga su negocio.  Responda las cartas con prontitud y mantenga archivos detallados de cada libro publicado. (fecha, autor, número de páginas, costo de traducción, costo de impresión, regalías, pagos por adelantado, si hubo reimpresiones, entre otros).
7. Delegue.  En cualquier empresa grande [y algunas no tan grandes] el jefe no puede estar involucrado en todo, de alguna forma debe transferir su convicción y compromiso a otros.
8. Entrene a otros.  Que no le asuste la idea de que otros sean más capaces que usted.  Envíe su personal a cursos de entrenamiento.  Los motiva, hace su vida más fácil y aumenta la eficiencia.
9. Formule planes.  Conozca los estatutos de su misión.  Imponga metas y trabaje para cumplirlas.  No vaya de crisis en crisis para terminar en un manejo orientado a sobrevivir crisis.
10. Mantenga al menos un proyecto grande en progreso.  Los Diccionarios Bíblicos, por ejemplo, no van a ser escritos o traducidos en un par de meses.  Tome algo que realmente le interese y prepárese para un largo rato.
11. Tenga visión.  Las sociedades de todo el mundo están cambian constantemente y los Directores Editoriales necesitan estar al día en las necesidades de la iglesia y la sociedad.  No se conforme con contestar preguntas viejas.  Mantenga sus ojos abiertos y escuche al Espíritu Santo.
12. Anime a los escritores locales.  Quizás siempre habrá necesidad de material traducido porque la iglesia es universal.  Pero, en general los escritores locales podrán comunicar con sus coterráneos mejor que alguien de afuera.
13. Vaya donde la gente.  Para entender sus necesidades e intereses.
14. Interésese por su personal.  Trátelos como personas.  Provea los mejore beneficios que pueda.  Anímelos a prosperar en su trabajo.  En una palabra “Ámelos”.

*David Fewster fue el Director Editorial de Bridge Publishing en Bangkok, Tailandia, que busca alcanzar a la gente común y corriente con excelentes libros cristianos.  Antes de iniciar Bridge Publishing, David era el director de Kanok Bannasan, la editorial cristiana más grande de Tailandia.

Etiquetas: mundo editorial,

2 comentarios. Dejar nuevo

Alejandro
06/04/2017 10:21

Gracias Letra Viva por compartir tan buenos consejos. Tengo unos pocos comentarios sobre algunos de los puntos expuestos por David Fewster.
[1] Excelente consejo, pero la realidad nos indica que a veces no se contrata «lo mejor» por varias razones, ya sean éstas la falta de buena voluntad, presupuestos limitados o incluso nepotismo (darle empleo a parientes aunque no sean las personas correctas para los puestos correctos).
[3] Pues, es obvio que todo creyente debe seguir las pautas divinas, es decir, «escucharlo». Pero, la realidad nos indica que es más común que se siga la voz de la Sra. Mercadotecnia que de Dios Todopoderoso.
[12] Es loable el concepto de animar a los escritores locales. En el contexto hispanohablante supongo que se quiere decir que debemos promover a escritores autóctonos. Pero, me temo que hay fuerzas gravitacionales en el mundo evangélico hispanohablante cuya atracción nos hace girar en torno al libro traducido y que proviene de autores anglosajones. Y esta realidad es tan avasalladora que los directivos de editoriales se ven inducidos a publicar lo que «vende» en vez de promover alguna causa más noble como, por ejemplo, la de promover a autores locales y que acarrean el riesgo de vender muy poco.
[14] Este punto final es también muy noble. Solo una acotación, sería mejor decir que al personal hay que tratarlo cristianamente, esto es, como personas creadas a imagen de Dios y no como objetos de la cadena de producción editorial, es obvio. Y no debemos «amarlos« sino más bien «apreciarlos y valorarlos». El verbo amar tiende a ser abusado en las traducciones del inglés «to love», que es un verbo muy polifacético y flexible es dicha lengua, pero en español o castellano tenemos muchos verbos más específicos en torno a la idea de «amar».

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Estimado hermano Alejandro:
Muchas gracias por su valioso aporte.
Dios le bendiga abundantemente!

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