Estudio Bíblico
El propósito de esta guía es sencillo: ayudarle a estudiar la Biblia por sí mismo. Para lograr este fin, la guía ofrece pautas para seguir en el estudio, junto con varias normas de interpretación bíblica. No pretendemos guiarle en la preparación de sermones -ya que ese es tema de otra materia- sino ayudarle a descubrir por sí mismo el mensaje bíblico.
Aunque el mensaje de la Biblia es para todas las personas, reconocemos que no todas pueden interpretarlo correctamente. La verdad de la Biblia es espiritual, y sólo las personas con condiciones espirituales pueden realmente entenderla. Hay cinco requisitos que sugerimos para la persona que desea conocer el mensaje de Dios.
Un corazón nuevo (1 Corintios 2:14). La persona que quiere interpretar la Palabra de Dios tiene que ser un hijo de Dios, tiene que haber recibido a su Espíritu. La gente del mundo puede comprender muchas cosas acerca del libro, pero sólo quienes tienen vida espiritual pueden conocer los pensamientos de Dios.
Hambre (1 Pedro 2:2). El estudio bíblico no es un pasatiempo interesante. Es la búsqueda de la persona que anhela conocer más, que tiene hambre y sed de las cosas de Dios y dedica el tiempo necesario al estudio. Siempre hay tiempo para las cosas que, según pensamos, son importantes, y la persona que nunca dedica tiempo para estudiar, muestra así que no tiene demasiado interés. Lo que Dios dice en cuanto a esto se encuentra expresado en Jeremías 33:3.
Obediencia (Salmo 119:98-100). La llave que abre los secretos de Dios es la obediencia. A medida que estemos preparados para obedecer, Dios nos revela su voluntad. No se la muestra a la persona que sólo tiene curiosidad. Si no nos acercamos a la Biblia con el deseo de saber y obedecer, vamos a progresar muy poco.
Disciplina (Mateo 7:7). Por disciplina queremos decir la disposición de comenzar una cosa y seguirla aunque resulte difícil. Es la disposición de seguir luchando hacia una meta aunque haya obstáculos o nos cansemos.
Humildad (1 Corintios 8:2). La persona que saca poco provecho del estudio bíblico es la que piensa que ya lo sabe todo, y tal persona no estará dispuesta a cambiar de actitud. Si no estamos abiertos a la posibilidad de que podemos estar equivocados en cuanto a una doctrina o una interpretación, difícilmente Dios podrá enseñarnos. Ninguno de nosotros es perfecto, y tampoco ninguno tiene un conocimiento perfecto de las cosas de Dios. Él sólo puede enseñar a la persona que está lista a reconocer que no sabe todo y a cambiar cuando sea necesario.
Si cumplimos con estos cinco requisitos, vamos a encontrar que el estudio bíblico es una experiencia realmente excitante y necesaria para seguir adelante en la vida cristiana.
(11 lecciones)
No hay comentarios