Mención honorífica 2do lugar Escribe y Gana
Nos complace anunciar que Nataly Vergara Adrianzén del Peru** ganó el segundo lugar en nuestro primer concurso de escritores. La jueza del concurso, Sally Isáis Ramírez, es editora, autora y directora del ministerio MILAMEX en Mexico. De la parábola de Nataly, Sally comentó: “Original, fresca, aplicable. Entendible y bien escrita”. Unos 58 participantes de muchos países de América Latina enviaron sus escritos.
Por Nataly Vergara Adrianzén
Una niña que jugaba en el bosque decidió construir un jardín donde pudiera sembrar las plantas más maravillosas que jamás podría imaginar y para que sean sus amigas y crecieran juntas. La niña lo construyó con gran esfuerzo y luego fue a buscar las semillas. Primero se dirigió al río donde encontró los árboles con los frutos más hermosos que había en el bosque, pero tenía que cruzar y el río era caudaloso. Así que tuvo que esperar, minutos, horas, días, pero cuando el río bajó su cauce, ella cruzó, obtuvo la semilla y la sembró en su jardín. “Tú te llamarás paciencia, por lo que me enseñaste a esperar” le dijo. Luego fue al monte en donde vio en lo alto un árbol recio y esbelto que hacía la sombra más frondosa. La niña intentó trepar y cayó, lo volvió a intentar y volvió caer. Lo hizo 3, 4, 5, 6, 7 veces y volvió a caer, pero no se rindió. Y tras mucho esfuerzo al fin llegó a la cima y la consiguió. Al sembrarla le dijo “Tú serás perseverancia por lo que me enseñaste a nunca rendirme”. Luego la niña decidió ir por la última semilla, aquella de ese árbol que solo aparecía en la noche cuando una verdaderamente creía. Esa noche la niña esperó creyendo sin ver hasta que el árbol apareció. Ella tomó una semilla y la sembró, “Tú serás fe porque tuve que creer para conseguirte”.
La niña cuidó de las semillas por largo tiempo, éstas empezaron a crecer y ella también. Se volvieron plantas con tallos, crecieron hojas y empezaron a florecer. Un día empezó una tormenta que inundó el bosque, la niña no pudo ir al jardín a visitar a sus amigas por muchos días, preocupada por ellas apenas la tormenta amainó fue a verlas. El jardín estaba destruido y las plantas desaparecidas. La niña lloró, pero al volver a mirar se dio cuenta que quedaban las raíces. Excavó y encontró que las raíces de fe habían sostenido a paciencia y perseverancia. La tormenta había arrasado, pero fe había resistido y sostenido a sus otras dos amigas. La niña llena de alegría agradeció porque tenía esperanza que ellas volverían a crecer, solo tenía que tener paciencia, ser perseverante y creer, pues la esperanza nace de esas tres cosas, pero es la fe en Dios la que la mantiene viva.
**Nataly Vergara Adrianzén, artista, cineasta y guionista de Lima, Perú. Co-Fundadora de La Taberna Studios, casa productora de cine, televisión y nuevos medios. Es miembro de la Iglesia iCafé Lima y ha trabajado en teatro, cine, publicidad y medios digitales.
Fuente: https://littworld.org
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