La cosecha del curso Cómo escribir para niños – I parte
Este mes de octubre 2020, Bíblica Virtual desarrolló el curso Cómo escribir para niños, en alianza con LetraViva y MAI.
La instructora fue la autora y editora Keila Ochoa.
Hubo muy buenos resultados en cuanto a los ejercicios de escritura, así que decimos honrar a algunos de los estudiantes publicando sus cuentos.
Visita nuestro sitio web y redes sociales para que conozcas la colección completa de cuentosCuento No. 1
El abrazo del Padre
Por Fernando Ariel Rimoldi
Hoy quiero contarles una maravillosa historia sobre un encuentro entre un niño y el maestro más importante de todos los tiempos. Este evento cambió para siempre la manera de valorar a las personas en todo el mundo.
Súbanse conmigo a nuestra máquina del tiempo, y retrocedamos a las cálidas y ancestrales tierras de oriente, hace muchos años atrás. Precisamente al siglo I d.C.
Nos encontramos en las orillas del mar de Galilea, en un antiguo poblado pesquero llamado Capernaúm. Ese era el hogar de Juan. Un pequeño niño de 6 años, que vivía junto a su madre y sus abuelos, en una humilde casita hecha con piedras, ladrillos de adobe y caña. El barrio de Juan era el más humilde de toda la pequeña aldea. Su madre, se levantaba muy temprano antes del amanecer e iba a trabajar al mercado. Por esta razón, Juan quedaba al cuidado de sus abuelos, hasta que su mamá regresaba casi al final de la tarde. Como sus abuelos eran ancianos, él y sus amigos jugaban casi todo el día sobre las playas rocosas del mar de Galilea.
Juan era un niño feliz. Sin embargo, un pensamiento recurrente lo sorprendía de tanto en tanto. A diferencia de sus amigos y vecinos, él no tenía papá. Su madre le había dicho que su padre los dejó cuando él era un bebé, y que nunca más supieron nada de él. Por esta razón, Juan se sentía inferior al resto de sus amigos. Consideraba que le faltaba algo para ser como ellos. Es más, de vez en cuando, era motivo de algunas burlas por esa misma razón.
Una tarde, Juan regresaba a su casa después de jugar con sus amigos, cuando de repente vio que varios de sus vecinos estaban agolpados en la puerta de una casa. Como lo invadió la curiosidad, se escurrió entre la gente para ver qué sucedía, y así llegó al patio interno de aquella vivienda. En ese momento vio a un maestro al que llamaban Jesús, parado frente a un grupo de hombres diciendo: —¿Qué venían discutiendo por el camino?
Aquellos hombres se quedaron callados. Entonces Jesús se sentó, y les dijo: —Si alguno quiere ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos.
En ese momento aquel maestro miró fijamente a Juan, y le dijo: —Ven.
—¿A mí? —replicó Juan.
—Sí —le dijo Jesús mientras le sonreía.
Entonces Juan fue hacia Jesús; él lo puso en medio de ellos y lo abrazó tiernamente. Fue uno de esos abrazos que te quedan grabados para siempre. Entonces, Jesús continuó diciendo: —El que recibe en mi nombre a uno de estos niños me recibe a mí; y el que me recibe a mí no me recibe a mí, sino al que me envió.
Después de pronunciar estas palabras, Jesús volvió la mirada a Juan, tocó su cabeza cariñosamente y lo despidió.
En ese momento, Juan no comprendió aquel discurso de Jesús. Sin embargo, el abrazo que recibió, lo hizo sentir aceptado, amado y en casa. A partir de allí, nunca más se sintió incompleto. Cuando la tristeza lo invadía, sólo bastaba recordar aquel abrazo de Jesús para sentirse amado nuevamente.
Ya es tiempo de encender nuestra máquina del tiempo, y regresar a nuestra época.
Hoy las ciudades son distintas, los juegos son diferentes, y hasta tenemos amigos virtuales. Sin embargo, hay algo que sigue siendo tan poderoso como en aquel tiempo: el poder de un abrazo.
Fernando Ariel Rimoldi es Licenciado en Administración, y tiene un Posgrado en Administración de Entidades Financieras y Bancarias. Es funcionario del Banco de la Nación Argentina desde hace 19 años, y es miembro del Consejo Pastoral de la Iglesia Buenas Nuevas (Ciudad de Buenos Aires – Argentina). Contáctalo en En Facebook: Fernando Rimoldi (Fer). En Instagram: Fer.Rimoldi. En Linkedin: Fernando Rimoldi.
4 comentarios. Dejar nuevo
Que hermosa historia la de Juan.
Era lo que necesitaba y no conocía, hasta que recibió el mejor de los abrazos.
Gracias Silvina por su comentario.
Me encantó, llega a corazón, deberían publicarse muchos mensajes que unan a esta humanidad en vez de destruir, gracias !!!
Gracias Gloria por su comentario. Nos motiva mucho a seguir capacitando escritores latinoamericanos.